Música original.
Toma, Señor, mi vida,
me ofrezco con fervor;
con voluntad rendida,
doy de mí lo mejor.
Un sacrificio vivo,
santo, agradable a Ti;
con devoción te sirvo,
pues Tú me amaste a mí.
Mucho fue lo que hiciste
al ir hasta la cruz,
cuando por mí moriste,
¡gracias!, Señor Jesús.
Al mundo y sus placeres
no volveré jamás;
todo lo que Tú eres
es lo que anhelo más.
Fuerte enemigo tengo,
es un león rapaz.
Señor, a Ti yo vengo,
sé que me ayudarás.
Espada Tú me has dado,
y escudo de la fe;
si fuere yo tentado,
“Escrito está”, diré.
Crucificado he visto
mi viejo hombre; así,
no vivo yo, mas Cristo
es quien hoy vive en mí.
Toda concupiscencia,
toda carnalidad
juzgo en Tu presencia,
según Tu santidad.
Guarda mis pensamientos;
guarda mi corazón;
quita los sentimientos
que en mí de Ti no son.
Sé Tú divina fuente
de mi felicidad.
Quiero ya solamente
cumplir tu voluntad.