Los israelitas estaban en una pelea contra los filisteos. El profeta Samuel les había dicho: “Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a Él servid, y os librará de la mano de los filisteos”, 1 Samuel 7.3. ¡Qué promesa! Ellos lo hicieron para poder servir sólo a Jehová (v. 2). Cuando se reunieron en Mizpa para confesar su pecado (v. 6), los filisteos oyeron que allí estaban (v. 7). Los israelitas “tuvieron temor de los filisteos” y le rogaron a Samuel: “No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de los filisteos” (vv 7-8). Fue durante el acto de sacrificio y adoración que los filisteos llegaron para pelear. 

¿Y ahora qué? Uno podría pensar: ¿por qué suceden cosas así? Se habían arrepentido, estaban adorando al único Dios, y ¡ahora llegan los enemigos! Tal vez hemos tenido pensamientos parecidos: Si vamos bien en los caminos del Señor, ¿por qué hubo tantos problemas en 2020?  Mucha angustia por la pérdida de seres queridos, y ansiedad por los problemas económicos. Pero también hay motivos de agradecimiento, ¿no? Dios actuó el año pasado. Por ejemplo, salvó muchas almas. 

Dios actuó aquel día también (v. 10), y los hijos de Israel tuvieron una gran victoria, lo cual fue motivo de alabanza. Recuerde cómo Samuel tomó “una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová” (v. 12). ¿No es cierto que podemos levantar nuestro “Eben-ezer” al entrar en este año nuevo, reconociendo que ha sido posible sólo por la ayuda del Señor? Encontramos otro motivo de agradecimiento al ver cómo Dios no nos dejó, aun en medio de las muchas pruebas.

Quiero aprovechar el tema del agradecimiento. Aprecio mucho la ayuda de varios hermanos en relación con esta publicación digital. El consejo editorial ha estado formado por Tomás Kember, Timothy Turkington, Jasón Wahls y Timoteo Woodford. Tomás empezará este mes una serie sobre la disciplina en la iglesia local; Timothy se encarga de conseguir los reportes sobre la obra de Dios en distintos lugares, y también de la página dedicada al Evangelio; Jasón nos ha estado presentando verdades vistas en títulos de nuestro Señor Jesucristo, y tiene muchos más para compartir; y Timoteo ha ayudado contestando preguntas importantes que hace el pueblo de Dios. A este grupo de hermanos se está sumando José Manuel Díaz, de la asamblea en el puerto de Veracruz, y su enfoque principal será la página dedicada a los jóvenes, ¡aunque todos lo podemos y debemos leer! Él ha contribuido en el pasado y estoy agradecido por su disposición a ayudar en una manera más constante y formal. Abisaí Vieyra seguirá recopilando noticias sobre la obra de Dios en México especialmente, pero las noticias de otras partes son bienvenidas también. Aunque su nombre no aparezca, Eleonor Mosquera dedica mucho tiempo cada mes a revisar todos los artículos antes de hacer el diseño y la diagramación. Nathan Bruley, de Wisconsin, EE.UU. nos ayuda muchísimo al permitirnos tener la página web del Mensajero Mexicano en su servidor. Agradezco de todo corazón el esfuerzo que hacen. También aprovecho para mencionar que hay otros hermanos que nos ayudan con artículos en las diferentes ediciones, y agradezco su colaboración en esta labor.

Finalmente, tal vez se habrá fijado que hay un pequeño cambio en el nombre de la revista. Sigue siendo el “Mensajero Mexicano”, pero hemos agregado un lema que describe lo que estamos procurando hacer: “Evangelio, enseñanza y exhortación de las Escrituras”. Nuestro deseo es que las siguientes ediciones le sean de bendición y provecho espiritual mientras esperamos con expectación la venida de nuestro Salvador.